LA SALUD, EJE UNIVERSAL
La Federación mundial de la salud mental este año ha planteado considerar la salud mental como derecho universal con motivo de su día internacional. El lema sería “La salud mental, derecho universal”.
Por otro lado, la citada fundación ha cumplido 75 años y se trata de una conmemoración importante ya que ese mismo año se aprobó también la Declaración de los Derechos humanos.
Durante estas más de siete décadas ha habido varios hitos reivindicando recursos, investigación y sensibilización sobre la salud mental. Según declaró el Consejo de las Naciones Unidas en 2017, disfrutar del mayor nivel posible de salud física y mental es un derecho humano esencial para ejercitar otros derechos humanos.
El 10 de octubre de 2021 recordábamos que disfrutar de una adecuada salud mental era un derecho “necesario”.
Parece que salud y derecho inevitablemente o a menudo, van emparejados.
Sin menoscabo de todos los objetivos y deseos que se plantean por escrito y con toda solemnidad, la realidad es muy distinta todavía en el plano informal; es cierto, cómo no, que ha habido avances. Y a nivel mundial, las situaciones son incomparables. Pero en general hay premisas que coinciden en todos los países; por ejemplo, las condiciones socioeconómicas tienen una influencia clara a la hora de desarrollar y tratar la enfermedad, el género es una variable importante, siguen existiendo el estigma y la marginación y por qué no aceptarlo, en general, no queremos realidades de este tipo en nuestro entorno. No queremos ver lo que tenemos al lado.
Hay que reivindicar los derechos. Hay que exigirlos, sobre todo si son básicos. Pero, y ahí emergen las dificultades, además de reflejarlos sobre el papel, se deberían ejercitar. Si las proclamaciones reflejan mensaje y voluntad, ¿en dónde radica la dificultad?
Acercándonos a nuestro entorno, el Plan de salud de Euskadi 2030, aprobado recientemente, presenta diagnósticos claros y retos de gran complejidad. En lo que a salud mental se refiere, tomando como base datos del 2019, el 25% de la población presentó algún trastorno mental y fue mayor el número de mujeres que de hombres. El nivel de salud varía en función de los condicionantes sociales y se prevé que la demanda de atención en salud mental aumentará. La Red de salud mental de Gipuzkoa también presentó un Plan estratégico, 2018-2022 con 49 líneas de actuación. Por lo tanto, tras la evaluación que se realice, habrá que fijar los futuros objetivos adaptados a la complejidad de la sociedad actual.
Si creemos de verdad que es una cuestión de prioridades y derechos, cada cual tendrá que influir en su ámbito de actuación para superar las dificultades; administración, escuelas, centros de salud, ámbito laboral…. Y en lo que a Gizaide se refiere, seguiremos sosteniendo los procesos e intervenciones de las personas diariamente , así como compartiendo los caminos.
Onintza Lasa Arteaga (Gizaide Fundazioa)